En general fue una estancia especial! Hay té y café en el bar. Pasearse por el parque de vida silvestre y el bosque fue un lujo.

La fantástica ubicación, buena comida pero sobre todo la disponibilidad, profesionalidad y amabilidad del personal de la habitación.... el hotel organiza excursiones que quedan absolutamente incluidas en el precio, excursiones que quedan para siempre en el recuerdo y en el corazón... por ejemplo, el amanecer desde el acantilado, visitar a los elefantes a pocos metros del mar, etc... etc... absolutamente recomiendo a todo el mundo que no se pierda esta gran oportunidad....!

Absolutamente nada.

Todo! Posición, excursión a la playa con elefantes marinos, amabilidad y ayuda del personal...

Nada.

Posición. Amueblamiento. Limpieza. Desayuno. Visita guiada a la colonia de elefantes marinos

Precio un poco excesivo.

El hotel en el faro es hermoso, rodeado de naturaleza.... Personal muy amable y amigable....

Bajo las estrellas, a un paso del faro, en silencio total. Habitaciones simples, estructura acogedora, restaurante agradable. Obviamente con todos los límites del aislamiento: corriente eléctrica en momentos específicos con el generador. Agua desalinizada. Wi-Fi hace lo que puede, pero es perfecto de esta manera.

El único inconveniente real: el desayuno buffet abandonado a las moscas....

Una fantástica estancia fuera del mundo. La cocina es bastante pobre, pero todo lo demás vale la pena. Es una pena haber dormido aquí sólo una noche. El silencio y la naturaleza son lo mejor.

Nada

¡El lugar es espectacular! Está en medio de la nada pero es parte de su encanto. Los alrededores son barrancas, playas llena de elefantes y lobos del mar, hectáreas de vegetación baja con guanacos, maras, mulitas, aves, y ovejas. Las guías son buenísimas; saben de todo y están contentas a vivir y trabajar en el Faro. Todos los días nos ofrecían caminatas, salidas a caballo o en Range Rover para que observaramos y aprendieramos de los animales y del ambiente patagonico. Vimos unas puestas del sol inolvidables. Otra cosa importante es que se come muy bien en el Faro. La comida es rica, interesante, abundante y bien presentada; los mozos simpáticos y atentos. Las habitaciones son chicas pero limpias y de buen gusto. Nos gustó la ubicación del Faro Punta Delgada porque estaba casi en la mitad de la distancia entre Puerto Pirámides, donde vimos ballenas y sus crías, y la colonia de pingüinos en la Estancia San Lorenzo, que es mas chico que Punto Tombo pero es mas cerca y tiene menos turistas. Pasamos 4 días en el Faro y estabamos muy contentos. ¡Volveremos!

No. Las horas en que no había electricidad no nos molestaban para nada. La coneccion al Internet no fue muy confiable pero la tenía. Como dicen, es un hotel de campo.

Es un lugar único. Excelente en todo sentido: la atención, las comidas, la cercanía a las reservas, las caminatas... Muy recomendable.

- lugar muy bello/extraordinario - proximidad de los elefantes del mar, de otros animales y de la naturaleza - la cavalgata inolvidable/los cavallos - las guias muy informativas y que hablan ingles, frances... Aprendimos mucho.

Precio un poquito alto/caro

el lugar. la calidez de las personas que te reciben y la tranquilidad

Excelente opción para contrastar la vida cotidiana en la urbe.